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Creatividad, para que enciendas la bombilla que llevas dentro.

creatividad para que enciendas
creatividad para que enciendas
ene 15, 2020
Pablo Calzado

Creatividad, para que enciendas la bombilla que llevas dentro

Los resultados de mi larga y variada experiencia (todas las edades, condiciones sociales y diversidades étnicas) es la siguiente: todas las personas que no se han negado de una forma rotunda a intentarlo, todas, han ganado en calidad de vida por las puertas que han abierto con la Creatividad.


Teorema de la Neurona y el Palito

Para hacer cualquier cosa en la vida sólo se necesitan dos cosas. Una neurona y un palito.
En caso de apuro con una neurona es suficiente, con ella podemos buscar el palito; pero con el palito sólo, no vamos a ninguna parte. La neurona para la Creatividad y el palito para la Técnica.
Así de simple y así de complejo, nada más se necesita; lo demás son complementos que ayudan, adornan y hacen más agradable la vida, pero nada esencial. Los palitos los venden en tiendas de materiales de arte; las neuronas no.
N.B.: Es importantísimo no confundir el palito con la neurona. La técnica no debe ser un fin en sí misma.

 

¿Todo el mundo quiere ser creativo? ¿De verdad?

La creatividad es un estado mental. Desde el punto de vista científico la creatividad es un estado especial de la mente en el que se propicia una cierta clarividencia y una especial asociación. A veces el estado creativo ha sido asociado a desórdenes, pero estos casos son solo extremos.
Dos sustancias como son la serotonina y la dopamina intervienen, según la ciencia, en el proceso creativo y por tanto, hay una química en todo el desarrollo. Ésta es la parte menos controlable a nivel del individuo de la calle, pero hay otra cara de la creatividad que puede ser manejada y ejercitada de una forma consciente y que en principio no presenta grandes dificultades, sólo se necesitan método, voluntad y constancia (nada menos, como en casi todas las cosas de la vida que tienen esencia).
Ejercitándola, la creatividad se implanta como estado mental y se convierte en actitud de vida.
La Creatividad o Inteligencia Creadora ha sido definida como el arte de encontrar soluciones a problemas nuevos, o encontrar nuevas soluciones a problemas ya existentes. Creatividad es hacer algo nuevo que tenga algún tipo de valor personal o social.
Teniendo en cuenta que podemos considerar la inteligencia como: creativa, intuitiva, práctica, tácita, emocional, etc., podemos también potenciar una u otra faceta; dependerá de nosotros mismos.

 

¿Creativo yo? Que me den las instrucciones.

Una actitud conservadora, difícilmente nos permitirá arriesgarnos en campos desconocidos; sin embargo, una actitud creativa no necesita estar asentada, todo el tiempo, en la seguridad y aporta el coraje -junto con la técnica y la intuición- para enfrentarnos al problema y conseguir el propósito.
La relajación es un paso previo a la creatividad; al relajarnos, entramos en el estado “Alfa”, que es el de la creatividad, el de la clarividencia y el de las asociaciones de imágenes e ideas.
Desde una actitud compulsiva de “no se me ocurre nada”, difícilmente llegaremos a una postura creativa. Hay que romper ese bloqueo y abrirse a la confianza.
La creatividad tiene como base el conocimiento y la experiencia (libreta maravillosa, memoria, historia); si no hay conocimientos previos no puede haber creación.
Una vez conseguido el acto creativo debemos plasmarlo en algo práctico, en algo social, sólo así será aceptado. El acto creativo puro es “nada” para la sociedad (aunque pueda reconfortarnos personalmente).
De todas formas, persuadir a la sociedad de la utilidad, práctica y disfrute del acto creativo es sumamente complejo. Y lo es, porque está anclada con potentísimos lastres como el dinero, la moral, y los intereses, el poder...

 

¿Cómo? ¿Qué? ¿Eh? 

Cuando una persona se encuentra en la tesitura de hacer algo, en cualquier campo que sea, aparecen de forma consciente o inconsciente dos preguntas básicas: “Qué” y “Cómo”. “Qué” hacer y “Cómo” hacerlo. Si se responde a estas preguntas sencillas en apariencia, habrá encontrado el camino y habrá roto la barrera para crear. A la primera pregunta se responde con la Creatividad. A la segunda con la Técnica.
En el presente escrito solo hablamos del “Qué” es decir: de la Creatividad.
Del “Cómo” nos ocuparemos en otro momento.

 

Un largo camino se hace paso a paso.

Hablando de pasos:

  1. Relajarse. Abandonar la tentación del: “No se me ocurre nada”.
    Tener confianza y seguir el método. Relajarse y confiar en el proceso, dejarse llevar. La actitud de “No se me ocurre nada” sucede en las primera etapas de la creación. Con un
    poco de práctica, esta postura es pasajera; es reflejo de etapas anteriores y salimos de ella en cuanto lo intentamos seriamente. Podemos pensar relajados en cosas o situaciones positivas y agradables.
  2. Hacer una lista escrita de nombres sin buscar en principio ninguna relación aparente y sin preocuparnos de que sean cosas coherentes.
    Ej.: Mesa, árbol, maleta, plato, luna....
    Antes de tener una larga lista, bien por relación directa o indirecta, encontraremos el camino.
    Ej.: Mesa – superficie – mantel – cuadros – ajedrez.
    Árbol – tronco – ramas – pájaro - melodía.
    Éste sistema relacional es casi infalible, pero es imprescindible hacerlo por escrito; sobre todo en los primeros escalones, la mente no puede representar todos los conceptos que vamos enumerando, por lo que es necesario plasmarlos por escrito y tenerlos todos delante y a la vez.
    En etapas posteriores todo este proceso se reduce a un ejercicio mental simple de asociación.
  3. Buscar documentación o inspiración a nuestro alrededor en revistas, escaparates, libros, televisión; no hace falta que la documentación sea especializada.
    Ej.: La pata de una silla nos puede sugerir la idea para un candelabro maravilloso.
  4. Consultar una lista alfabética de temas u objetos relacionados con la acción creativa que vamos a realizar.
    Cerámica: Ajedrez – Animales - Apliques – Bandeja - Bisutería – Botellas – Buzón – Vasijas o un bolso de señora, etc.
    Después de todo esto, hecho con confianza y tesón, nos encontraremos con respuestas al “Qué” de nuestra pregunta inicial. Hemos llegado.

¿Ya soy creativo?

La dificultad que puede parecer grande en los primeros ejercicios, va disminuyendo paulatinamente y con el tiempo pasa a un segundo plano, llegando a desaparecer tras un pequeño ejercicio mental.
Nadie crea nada de la nada. Si no hay información no hay creación y todos necesitamos referencias anteriores para crear y sobre todo necesitamos honradez; cuando esta existe no da pie al fraude ni al plagio. El reactivar y aumentar la creatividad está al alcance de todos y se puede ejercitar, expandir y gozar.
Se trata de estimular la natural alegría que se experimenta trabajando, inventando, descubriendo formas y contrarrestando los desengaños que pueden producirse por el empleo irreflexivo de los medios de creación. Como juegan los niños haciendo castillos de arena.
En resumen: Método, voluntad y constancia.

Manolo Fernández