Lola Vacas, que ha iniciado este mes los cuentos con los más pequeños de dos años; Conchi Zaragoza, que ha introducido en su programación algunas de las actividades de música que presenta el programa con los de cuatro y cinco años; y por último yo, Teresa Bustabad, que estoy trabajando en el banco de herramientas con los de cuatro y cinco años.

La experiencia que os voy a contar ha sido realizada con el grupo de 2º de Infantil de 4 y 5 años. El tema surgió a raí­z de la incorporación de niñ@s nuevos al aula. Donde la tristeza y el llanto a veces invadí­an nuestra clase. Decidí­ trabajar con ell@s la expresión emocional.

Entre tod@s fuimos sacando como nos sentí­amos al venir a clase, salieron emociones como la tristeza, la alegrí­a, el enfado? Poco apoco se fueron animando y decidimos por grupos poner gestos que expresaran esas emociones.

Este año en nuestro centro estamos trabajando como eje de escuela “Las emociones a través del arte”, así­ que utilicé láminas que traje al aula con distintas representaciones del rostro humano para que ellos identificasen las emociones que allí­ se expresaban.

Imitando a los artistas les propuse que por parejas pintasen el rostro del otro compañer@.  El que iba a ser pintado tení­a que expresar con su cara lo que sentí­a y luego colocarse un papel sobre el rostro para que el compañer@ pudiese marcar sus lí­neas de expresión. Y después a la inversa, el pintor se convertí­a en modelo. Posteriormente terminaban el retrato y entre todos comentábamos si el resultado correspondí­a con lo que su cara habí­a expresado.

Después de esta actividad hice fotos de sus caras y durante bastantes dí­as hemos jugado con nuestras imágenes y sus distintas expresiones, experimentando los sentimientos que nos produce su transformación cuando la pintamos, dividimos, completamos…Y cuando esos trozos de nuestra imagen se combinan con los trozos de las otras imágenes de nuestros compañer@s  y aparecen otras que expresan y son diferentes.

Todo este trabajo ha conseguido que, poco a poco, se haya convertido en una costumbre que al llegar por la mañana algun@s de ell@s nos cuenten cómo se sienten, así­ como en situaciones de conflictos. De alguna manera van siendo capaces de poner en palabras sus emociones.

Por lo que entre todos estamos construyendo nuestro pulpo de las emociones, (que tal vez en otra ocasión os podamos mostrar la utilidad que le vamos a dar), y aunque no está terminado -nos queda pintarlo- os mostramos cómo está quedando.

Es un pulpo con muchas patas porque nuestras emociones son muchas?