Los niños son curiosos, disfrutan el presente, gozan el instante, nacen de nuevo cada día, tienen esperanza, están alegres, tienen miedo. El mundo no es un espacio, es para ellos emoción. Poseen imaginación y son temerarios. Algo imposible de entender para un adulto.
Todos los niños son una fuente inagotable de ideas y sentimientos. ¿Y sabéis por qué lo son? Porque no están atrapados en lo posible, el ridículo, el prestigio, las formas, los errores, la oferta, lo políticamente correcto, la racionalidad. Porque aun están en libertad.
Siempre es tiempo de ser más felices. Esa oportunidad nos acompaña hasta el último aliento en nuestras vidas. Pero la infancia es el momento perfecto. Por su plasticidad, su resiliencia espontánea, por su flexibilidad, su cordura. Sí, su cordura y su abrumador sentido común.
Pertenecer a este sueño que los mayores llamáis “Educación Responsable” es para nuestra escuela algo así como haber encontrado "la horma de nuestro zapato". Creemos, sinceramente, que ninguno de vosotros podéis ser conscientes del alcance que, para toda la comunidad educativa, ha tenido el hecho de conocer el programa.
Esta experiencia mágica de amistad entre dos instituciones tan distintas, sobrepasa la mera relación de colaboración entre entidades. Habéis entendido, desde dentro, quiénes son nuestros niños, y os habéis encargado de hacerles ver lo valiosos que son; habéis permitido que midan su corazón con otros corazones, los vuestros. Tan ajenos a su realidad y tan cercanos a la vez.
Como educadores sólo podemos ser optimistas. Con pesimismo se puede escribir contra la educación, pero el optimismo es necesario para ejercerla. La educación es un acto de coraje; cobardes y recelosos, deberían abstenerse. Y vosotros nos ayudáis a que nuestros alumnos suban un peldaño, ese que sus circunstancias les arrebataron.
Esperamos que vosotros también estéis orgullosos de nuestro colegio. Cruzamos los dedos y cerramos con fuerza los ojos para soñar que este milagro no termine, crezca y sirva de ejemplo a otras entidades, empresas e instituciones. Gracias por hacernos sentir tan importantes.
Con el material tan valioso que nos habéis proporcionado, las enseñanzas impagables que los niños nos regalan y con mucha motivación, hemos buscado la forma de expresar toda esa emoción a través de un cuento, de un decorado, a través de la música, a través de la danza…
Un cuento… El Mago de Oz. Una historia de búsqueda y esperanza, un camino de baldosas amarillas que nos llevará a lograr lo que queremos. Una historia de superación y positivismo, no exenta de dificultades y escollos; como la vida, como la escuela. Un león que busca la valentía, un hombre de hojalata que busca un corazón, ... bueno, ya conocéis el cuento. Pero… ¿conocéis lo que busca en cada uno de
nosotros?
Como siempre ocurre, al dar forma a las coreografías, vestuario, iluminación, atrezzo… de este musical, hemos gozado del fenómeno de la serendipia; un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. Buscábamos más inteligencia emocional en los niños, más habilidades en los peques, más felicidad para los alumnos del Panamá. Pero hemos dado, “de rebote”, con muchas fórmulas de ilusión y motivación para los mayores. Mil registros que desarrollar en el profesorado y un millón de cosas que hacíamos bien ya, sin valorarlo.
“Reflejarte”… La banda sonora de la naturaleza, su vaivén, canto a la belleza viva que nuestros alumnos han plasmado mediante el pincel y su expresión corporal. Y lo han hecho con la maestría de quien lo siente y lo entiende como parte de sí mismo..
Y así , con otro puñado de experiencias como podéis ver en la galería de imágenes... Pero no quiero cansaros, pues estaría horas contando y contando y nos esperan los niños con su talento y su emoción.
No se me ocurre una tarea más fascinante. Todo nuestro agradecimiento.