Boletín de Educación Responsable

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La identificación emocional, un hábito educativo.

No podremos comprender lo que nos sucede a nosotros y a los que nos rodean en este complejo mundo de las emociones si no somos capaces de identificarlas.
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feb 15, 2016
Pablo Calzado

Para ello decidimos diseñar algunas actividades sencillas que trabajaran en la dirección de aumentar la conciencia emocional del alumnado. El primer paso era determinar las emociones básicas con las que íbamos a trabajar. Haciendo una búsqueda bibliográfica, observamos que este primer paso ya tiene ciertas dificultades, pues son muchos los modelos sobre cuáles son las emociones básicas. Después de investigar sobre el asunto, decidimos hacer nuestro el modelo de Ekman, que sostiene que hay seis emociones básicas universales, independientemente de la cultura en la que viva la persona, que se muestran en las expresiones faciales y que los seres humanos de cualquier cultura son capaces de reconocer. Estas seis emociones básicas son alegría, tristeza, asco, enfado, miedo y sorpresa, siendo cada una de estas una categoría que contiene dentro de ella un abanico de posibilidades.

Seguidamente, los diferentes ciclos educativos, desde infantil hasta el tercer ciclo de primaria, determinaron con cuáles de esas emociones y subemociones iban a trabajar, atendiendo a la edad del alumnado. Se decidió que infantil con primero y segundo de primaria solo trabajarán cuatro emociones: alegría, enfado, miedo y tristeza; y de tercero a sexto, las seis. También se determinó qué otras palabras del ámbito de cada emoción íbamos a incluir, quedando del modo siguiente:

INFANTIL, 1º Y 2º DE PRIMARIA
ALEGRÍA ENFADO MIEDO TRISTEZA
Animado

Contento / alegre

Feliz

Entusiasmado

Molesto

Enfadado

Rabioso

Furioso

 

Inseguro

Asustado

Horrorizado

 

Desanimado

Apenado

Triste

 

 

3º – 6º DE PRIMARIA
ALEGRÍA ENFADO MIEDO SORPRESA TRISTEZA ASCO
Animado

Contento / alegre

Dichoso

Feliz

Entusiasmado

Eufórico

Molesto

Frustrado

Descontento

Enfadado

Fastidiado

Irritado

Furioso

Rabioso

Agresivo

Preocupado

Inseguro

Intranquilo

Asustado

Temeroso

Angustiado

Aterrorizado

Horrorizado

 

Admirado

Asombrado

Impresionado

Impactado

Alucinado

Fascinado

Desanimado

Apenado

Triste

Decepcionado

Desmoralizado

Desconsolado

Deprimido

Desagrado

Grima

Repugnancia

Nauseabundo

Repulsión

Odio

 

Posteriormente, se determinó asociar cada emoción con un color diferente y significativo. Así­, asociamos la alegrí­a con el color naranja; la tristeza con el gris; el asco con el verde; el enfado con el rojo; el miedo con el morado y la sorpresa con el amarillo. A continuación, se seleccionaron unas imágenes de caras de niños que mostraran claramente estas seis emociones básicas.

Todos estos elementos juntos (emoción, imagen y palabras del ámbito de la emoción), se imprimieron en la cartulina del color correspondiente. Se dieron copias a todas las clases, que se colocaron en un lugar visible y accesible para el alumnado.

Se proporcionaron pinzas de madera para los alumnos y estos pusieron en la suya su nombre y la decoraron como más le gustó. Ahora cada alumno tení­a una pinza personalizada con su nombre y su decoración para usar en la identificación emocional.

Al inicio de la jornada escolar, los alumnos colocan la pinza con su nombre en la emoción correspondiente a su estado de ánimo y la van cambiando en determinados momentos del dí­a, según varí­e ésta. Al ver cómo se encuentran, el docente puede preguntarles qué les sucede para que se sientan de esa manera, planteándoseles el reto a los alumnos de poner en palabras lo que pasa en su interior. Esta actividad da lugar a conversaciones sobre sus sentimientos, a poner el foco en su interior, a diferenciar entre lo que pasa fuera de uno y lo que pasa dentro; en resumen, a contemplar con una mirada intrapersonal e interpersonal lo que le sucede en el día a dí­a.

Con esta sencilla actividad nuestro alumnado está¡ ganando en conciencia emocional. Se trata de que aprendan a ver, reconocer y expresar con palabras qué les pasa en su interior, cómo varí­an sus estados de ánimo a lo largo del dí­a, para ser capaces de observarlos y más adelante ver qué los ocasiona y, si es posible, regularlos.

Decí­a Aristóteles: ¿cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo? Esta es una buena muestra de regulación emocional que podemos tomar como ejemplo de excelencia en este campo.

Para tener una expresión plástica que nos recuerde a todos, familias, profesorado y alumnado, estas emociones básicas y las palabras del ámbito de cada emoción, hicimos un gran árbol de las emociones que, como no podía ser de otra manera, llamamos El Árbol de las emociones, y lo situamos a la entrada del colegio para que con su presencia nos lo recuerde a diario.

Esta identificación emocional es una actividad habitual y transversal en todos los cursos que complementa las otras actuaciones que venimos realizando como centro de la Red de Educación Responsable: las dos sesiones en la primera semana de cada mes del Banco de Herramientas, las lecturas de libros de contenido emocional como parte del plan de fomento de la lectura, y la actividad anual de Reflejarte que termina con una gran exposición en los pasillos del colegio a la que invitamos a todas las familias para que acudan a visitarla junto con sus hijos y que estos, en calidad de artistas, expliquen lo que han hecho con sus compañeros.

Antonio Adánez

Director del CEIP Julián Marí­as, Madrid.