No es magia, es educación emocional
Premio a la mejor experiencia de educación emocional en SIMO Educación 2018
En un marco tan especifico como lo es un centro de educación de personas adultas, la educación permanente busca el desarrollo personal, profesional e integral de la persona. Sin embargo, impartir sólo conocimientos no era suficiente para el CEPA de Reinosa (Cantabria), planteándose como reto, el trabajar la educación emocional, a través de un proyecto innovador y piloto hasta entonces, en un centro de este tipo, y tutelados por la Fundación Botín de Cantabria, en su proyecto de Educación Responsable.
El proyecto desarrollado durante tres años respondía también al programa de formación del profesorado comprometido en el proyecto directivo del CEPA de Reinosa, buscando la implicación y participación de todo el claustro de profesores y la colaboración de algunas instituciones locales de la Comarca de Campoo del sur de Cantabria.
El proyecto diseñado buscaba responder a las necesidades sociales no atendidas en las materias académicas ordinarias de un centro educativo ni en ninguna de las ofertas formales que se desarrollan en un centro de adultos.
Creyendo firmemente que la complejidad del ser humano no se resuelve potenciando solo sus capacidades académicas e intelectuales, sino desarrollando otras competencias y capacidades que sin duda resultan de vital importancia para todas las esferas de la vida, es por lo que desde el CEPA de Reinosa, aspirábamos a elaborar un instrumento dinamizador y valioso para sentir, entender, gestionar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás.
Las emociones, los afectos, los estados de ánimo están ganando en importancia tanto en el pensamiento científico como en la sociedad en general y en el ámbito educativo en particular. Actualmente la educación emocional o la inteligencia emocional hacen referencia a ese conjunto de habilidades o competencias como proceso continuo y permanente que pretende desarrollar la personalidad de modo integral que permite afrontar mejor los retos que la vida plantea, también en la etapa adulta, donde los cambios que se producen, de toda índole (biológicos, cognitivos, sociales…) requieren de recursos, bien para prevenirlos o bien para afrontarlos o adaptarse a los mismos y esos cambios, en el ámbito emocional de los adultos no se le ha dado hasta ahora, la importancia que tiene.
Los grandes problemas que cualquier adulto encuentra en la actualidad es la dificultad para enfrentarse a los cambios sociales y afectivos que se presentan de forma demasiado rápida para su asimilación y son muchos los adultos que adolecen de útiles habilidades y recursos como tolerancia, asertividad, empatía, cuando no un notable rechazo o aversión hacia sí mismos o los demás, y el CEPA de Reinosa asumió el deber de intentar mejorar estos aspectos.
Creyendo firmemente que las personas adultas y mayores pueden beneficiarse ampliamente de este tipo de programas es por lo que desde el CEPA de Reinosa se apostó por el desarrollo de este Proyecto de Integración e Innovación Educativa, porque iba a suponer una oportunidad para aprender competencias que nunca llegaron a adquirir por distintas razones o no pudieron potenciar o mejorar y, esas, son prioridades de la educación permanente y del aprendizaje a lo largo de la vida.
En el proyecto se introduce una nueva metodología que implica la participación de los propios alumnos y que se centra en entender y dar solución a las necesidades reales de los participantes, es decir, ellos generan sus necesidades, crean los objetivos y metas a alcanzar, y el proyecto ayuda a su consecución. Crean su propio kit practicando técnicas para regular sus emociones, técnicas de relajación, amplían su vocabulario emocional, aprenden y practican las habilidades sociales…
Varias veces a día conecta contigo misma para detectar qué estás sintiendo:
¿Cómo me siento?
¿Por qué me siento así?
¿Cómo estoy manifestando lo que estoy sintiendo?
¿Esta emoción me ayuda en este momento?
¿Qué puedo hacer para mantenerla o cambiarla y sentirme bien?
Los primeros pasos del proyecto se dan en el curso 2015/16 comenzando a trabajar la dimensión emocional de los adultos, en la oferta educativa de formación básica, y en la oferta no reglada con un taller especifico de educación emocional. En los siguientes cursos se hace extensible al resto de ofertas del centro, lo que supone la participación de más de dos centenares de alumnos con perfiles de edad muy heterogéneos que van desde el grupo de jóvenes que sin titulación profesional buscan acceder al mundo laboral, al grupo de adultos (mayoritariamente mujeres), que entradas en la edad madura y aliviadas de cargas familiares y laborales, buscan la formación que no tuvieron en la infancia o juventud, así como la actualización de sus conocimientos o la realización de alguna actividad intelectual o lúdica que ayude a mejorar su desarrollo personal e integral.
El proyecto ha pretendido y conseguido alcanzar sus objetivos:
1. Potenciar la adaptación, la calidad de vida y el bienestar emocional y social del alumnado en un centro de adultos.
2. Favorecer las competencias cognitivas y emocionales para facilitar la adaptación y el afrontamiento de problemas.
3. Prevenir el desarrollo de problemas emocionales y prevenir la aparición de problemas o disfunciones que podrían desembocar en conductas destapadas u otro tipo de conflictos sociales.
Y los módulos trabajados han sido cinco:
· COMPRENSIÓN EMOCIONAL
· PERCEPCIÓN, EVALUACIÓN Y EXPRESIÓN DE EMOCIONES.
· CONCIENCIA O ASIMILACIÓN EMOCIONAL.
· REGULACIÓN EMOCIONAL.
· HABILIDADES SOCIALES Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS.
En resumen, durante 3 años se ha desarrollado el aspecto emocional en todas las etapas formativas del centro y especialmente, se ha impartido un taller (experiencia que se presenta a SIMO), con unos resultados muy satisfactorios que han convertido a las “emociones” en un punto clave de los métodos de enseñanza aprendizaje del centro, pues, el alumnado adulto que se matricula en el centro necesita expresar sus sentimientos, opiniones y pensamientos en un clima de confianza y de grupo, donde se crean relaciones más estrechas con sus iguales y eso, permite que aprendan a expresar sus emociones de forma más abierta, aprendan técnicas para regularlas y estén dando siempre pasos adelante hacia la búsqueda de la felicidad.
Hay que añadir que el programa también ha sido innovador al subsanar el vacío en la formación del profesorado respecto a la educación de las emociones propias y las de los demás, imprescindible si queremos alcanzar una verdadera educación integral. Formación que ha sido dirigida por la propia Fundación Botín de Cantabria.
Finalmente, entre las bondades del programa se confirma que los alumnos y profesores necesitan este tipo de información/formación/experiencia, para conocerse y comprenderse mejor, se destaca la mejora y desarrollo de una sana inteligencia emocional, los alumnos se familiarizan con el lenguaje emocional, disminuye el estrés y la ansiedad, promueve la capacidad de escucha, se favorece el desarrollo personal y las relaciones positivas entre alumnos, entre alumnos y profesores…y todo ello, mejora el rendimiento académico y genera un espacio más abierto y acogedor en el centro.
Reyes Mantilla Rozas
Directora del CEPA de Reinosa (Cantabria) y maestra