OBSERVA-ACCIÓN: La magia de compartir
OBSERVA-ACCIÓN: la magia de compartir
Érase una vez un lugar lleno de duendes alegres, inquietos, algo traviesos y muy muy RESPONSABLES. Estaban todos ellos inmersos en su día a día, divirtiéndose entre e-Twinnings, ABPs, Erasmus, Educando talentos, limpiando aires …en un lugar donde se hacen crecer los sueños de los jóvenes del reino con la creación de pócimas mágicas cuyos ingredientes son las operaciones matemáticas, los colores, los sintagmas, las notas musicales…
Todos ellos habían hecho un gran descubrimiento tres años atrás: todas esas pócimas y hechizos conseguían intensificar su poder si le añadían un solo ingrediente: la EMOCIÓN. Y no dudaron en hacerlo, en buscar de mil formas que todos los duendes, incluso los del Departamento de Matemáticas o Tecnología, que eran los más científicos, lo incluyeran en su programación anual de pócimas y conjuros para hacernos más sabios.
Su trabajo empezó a dar resultado y un día, sin esperarlo, recibieron la noticia de que una gran experiencia se estaba organizando: El Consejo Superior de la Magia de las Emociones había preparado un encuentro de duendes al que habían sido invitados. Sin pensarlo dos veces, dijeron a una:
- ¡No podemos perdernos esta oportunidad! Compartir nuestros hechizos, aprender y enseñar, viajar y recibir, acoger y ser acogidos, sonreir y que nos sonrían…¿ A qué esperamos?
Y entonces, sus miradas brillaron repletas de ilusión, optimismo y felicidad. Con estos pensamientos y sus maletas cargadas de expectativas, fueron los primeros en llegar al andén del tren que les conduciría a esta maravillosa aventura.
Siguiendo a Gabinete Caligari, fueron “Camino Soria”. El viaje, a pesar de la larga distancia, se hizo corto, muy corto. No dejaban de sonar nuevas ideas, risas, experiencias y conversaciones, esas que el apresurado día a día en su “instituto de magia” no te da opción a tener y que tanto se echan de menos. Y fue así como estos cinco duendes afianzaron el cariño, la amistad y la conexión que ya tenían algunos y que era incipiente en otros.
Lo que no podían imaginar era que, en los bonitos pueblos de Soria, encontrarían duendes que bajo el hechizo cántabro de un hada madrina harían de sus días en San Esteban de Gormaz días inolvidables.
Visitaron el IES La Rambla, otro “instituto de magia” que también incluía el ingrediente de la emoción en sus pócimas de clase. En él bailaron al compás de cajas de música cuya melodía, escogida por los más jóvenes, evocaba la melancolía y la calma para unos, la nostalgia o la alegría para otros; escucharon el valor de las palabras, en francés, al son de diferentes herramientas; descubrieron lo bonito que es “quererse PI” , se convirtieron en personajes de cómics, colorearon emociones, cruzaron el Atlántico con el intrépido Harvey dejando notas de emociones en su cuaderno de bitácora, resolvieron la clave para escapar de la habitación con la ayuda del desarrollo sostenible y les abrieron las puertas del mundo del arte, en el que consiguieron reflejar sus emociones más íntimas en hermosas y creativas máscaras de carnaval, que nada tenían que envidiar a aquellas tan reconocidas de los duendes venecianos. Con todas estas experiencias, impregnadas por los aromas de las viñas castellanas, regresaron a su ciudad. Aquellas maletas llenas de expectativas volvieron cargadas de aprendizajes, buenos momentos, risas a doquier, deliciosos manjares de la zona, renovadas energías y la ilusión de que pronto volverían a ver a aquellos duendes sorianos y a su hada madrina cántabra.
En los días posteriores se pusieron en marcha, querían acogerlos devolviéndoles toda la hospitalidad que ellos habían sentido. No podían defraudarles en su inminente visita, tenían que conseguir que sus nuevos amigos disfrutaran de su estancia en tierras murcianas tanto como ellos lo habían hecho en Soria, que también percibiesen la fuerza del número PI. Así que… a organizar se dijo. En sus correntillas diarias se incluyó preparar esta visita con mucha ilusión y sin darse cuenta llegó el día.
Aunque los duendes sorianos acudieron a las tierras murcianas en busca de experiencias bañadas por los rayos del sol que iluminan el día a día de ese reino, la intensidad de la ilusión que llevaban en sus maletas fue tan mágica que hizo que estos duendes no se desprendieran de su fértil lluvia, que viajó con ellos y les acompañó durante esos dos días. Lejos de ser nubarrones grises, las gotas de lluvia, como no podía ser de otra forma, hicieron brillar aún más los hechizos y talleres de emociones que la magia de todos esos duendes juntos por segunda vez hicieron surgir.
Recepción al son de emocionantes voces y la leyenda del hilo rojo, hilo que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, el hilo que conectó de forma sorprendente y mágica, a todos estos duendes. Al ritmo de la música y con una pelota como testigo conocieron a aquellos que no conocían. Se dispusieron entonces a pasear por el sendero de la autoestima y a hacer de las emociones una rutina. Con la ayuda de las nuevas tecnologías, que los duendes han incorporado sin dudarlo a su día a día: Classroom, página web, redes sociales…mostraron al mundo su convencimiento de que no hay otro camino para la educación que el de la emoción. Con la colaboración de jóvenes hadas y piratas renovaron el libro de las pócimas escribiendo juntos nuevos conjuros para sentirse bien, para ayudar a los demás o para mostrar nuestras preocupaciones, conjuros que quedarán ahí para las generaciones futuras y llegaron a poner las más alegres voces al cuento del patito feo, para encontrar la manera de convertir las lágrimas del que se siente solo y diferente, en la fortaleza de ser único y poder compartirlo.
Aparecieron entonces los alumnos coaches, los más cercanos a la labor emocional de nuestros duendes murcianos, que enseñaron la belleza de expresar a los demás todo lo bonito que hay dentro de ellos. La creatividad llegó reflejando historias de papel acompañadas por la melodía de dulces voces que conjuraron la paz.
LLegaba a su fin este segundo encuentro, pero no sin antes quedar conectados para siempre a través del extraordinario ovillo de lana rojo que ayudó a que todos los duendes presentes, incluso aquellos que por primera vez se veían, abrieran su corazón y con el valor de sus palabras tejieran una tela de araña que enlazaba a unos con otros, desde lo más profundo, dejando constancia de que El hilo invisible conecta a las personas a pesar del tiempo y del espacio. ¿Sabéis lo más bonito? Que durante unos minutos, esa simple pero extraordinaria madeja de lana roja hizo muy visible la conexión que se había creado entre ellos y a pesar de que la invisibilidad volvería inevitablemente al emprender de nuevo su viaje de regreso, esos hilos seguirían ahí, uniéndolos para siempre, porque no hay ninguna duda, de que todos estos duendes estaban destinados a encontrarse para hacer de sus institutos un lugar mejor.
Ahora deberíamos escribir “Y colorín colorado”... Supongo que todos estáis ya terminando esa rima … “este cuento”... pero como ya nos conocéis y somos duendes traviesos con muchas ganas de cambiar un poquito el mundo, no podíamos cerrar el cuento con el que hemos intentando haceros sentir al menos un poquito de lo que nosotros hemos experimentado durante estos meses, de otra forma:
“Y colorín colorado, este cuento solo ha empezado”
Desde el IES Francisco Salzillo de Alcantarilla queremos agradecer al programa Educación Responsable y a todos aquellos que han hecho posible que estos duendes murcianos extiendan sus hilos hasta tierras lejanas. Sin su impulso y varita mágica esta maravillosa experiencia no habría sido posible.
EDUCACIÓN RESPONSABLE, GRACIAS POR EXISTIR. GRACIAS POR HACERNOS UN HUECO EN VUESTRA ESCUELA DE LA MAGIA DE LAS EMOCIONES
Y COMPARTIR CON NOSOTROS VUESTRO LIBRO DE PÓCIMAS Y CONJUROS.