Un lugar que educa
L'atelier des enfants
El colegio San Luis de los franceses (Pozuelo de Alarcón, Madrid) hace una apuesta por la innovación en educación, diseñando experiencias de aprendizaje en espacios, abiertos, amplios y adaptables a las necesidades educativas de cada grupo de alumnos.
Así es como hace tres años, empieza mi reto personal y profesional: poner la educación emocional en el centro del proceso educativo en el que el alumno es el protagonista.
Nace entonces l'atelier des enfants cuyo nombre que hace referencia a la artesanía, entendiendo que cada alumno es único, que existe un potencial creativo en cada uno de ellos íntimamente unido a la gestión emocional.
El programa Educación Responsable, responde a esa necesidad educativa del colegio y como coordinadora, me empleo a fondo para contagiar e implicar al claustro en este nuevo proyecto.
Poco a poco, voy descubriendo todo el material educativo que nos ofrece la fundación y diseño un espacio en el que la aplicación de los recursos se convierta en su sello distintivo. Un lugar en el que todo es posible, pocas estructuras son fijas, salvo las gradas centrales; que tanto gustan a los alumnos cuando se convierten en actores; y algunas estanterías llenas de libros a su alcance.
Un espacio en continuo movimiento, no sólo por el mobiliario, pufs, sillas, mesas, cojines; sino porque sus paredes se llenan de pósters, lemas, y composiciones creativas que con tanto amor realizan los diferentes grupos en sus sesiones de trabajo, que aportan color, y un clima lleno de emoción.
Un enorme salón a la entrada del colegio, con grandes ventanas, y mucha luz natural, abierto a las familias; los alumnos invitan a sus padres a descubrir el entorno y comparten con ellos lo vivido en las diferentes sesiones.
La arquitectura de la sala favorece también la existencia de diferentes rincones para cada recurso, para que la Educación Responsable, sea una realidad vivida por todos, desde los de infantil, con el Rincón del Mago y el pozo de los sueños, hasta los de secundaria. Los alumnos identifican las partes, los recursos, de las que cada uno forma parte activa; lo que incrementa su sensación de bienestar, a la vez que se les otorga cierta responsabilidad en el TODO; lo que favorece la convivencia escolar.
Imbuida en la atmósfera grupal, está la esencia individual, y como resultado alumnos que aportan su autenticidad a un proyecto de aprendizaje común.
Los alumnos, sea cual sea el recurso en el que van a trabajar, van a l'atelier con ilusión y curiosidad, requisitos fundamentales para una formación de calidad. Allí disfrutan de las instalaciones, y de todo el material del que se dispone. El piano y el cajón para el Coro de las Emociones, estanterías llenas de libros para literatura emociones y creatividad, un teatro de marionetas, un pozo de los deseos, y material plástico suficiente como para poder abordar los retos de ReflejArte.
Banco de Herramientas, recurso educativo diseñado para facilitar el desarrollo de las competencias intra e interpersonales dentro del contexto educativo, ocupa un lugar privilegiado en l’atelier. Dada su gran versatilidad de aplicación curricular, profesores de diferentes áreas, acompañan a los alumnos a realizar las diferentes sesiones programadas a principio de curso. El material audiovisual se proyecta en una gran pantalla táctil, lo que permite que los alumnos se agrupen de diferente manera, propiciando una cercanía mayor entre los profesores y los alumnos. El trabajo docente se comparte; siempre estoy presente acompañando al resto de profesores en cada sesión y los alumnos aprenden también con el ejemplo.
La primera fase; el visionado del material audiovisual, o la lectura del fragmento correspondiente se realiza a todo el grupo, y es para las dos siguientes fases, para las que se divide las clase en grupos de manera que se fortalezca el contacto entre todos.
Una de las innovaciones que se han incluido es la posibilidad de hacer partícipe a diferentes miembros del colectivo educativo, que se unían a las dinámicas de grupo y colaboraban e interactuaban como un alumno más. El éxito de la innovación metodológica ha sido tal que eran los propios alumnos los que se dirigían a los profesores y les invitaban personalmente a formar parte de la sesión, compartían con ellos inicialmente sus inquietudes de ámbito académico, pero poco a poco la relación pasaba a un plano más personal.
Los profesores se mostraban accesibles a los alumnos, que ante situaciones conflictivas, acudían a ellos con confianza.
El clima escolar mejora, no solo se comparte el espacio y el contexto escolar, se convive, estableciéndose relaciones sólidas basadas en el respeto a las diferencias personales y a la valoración positiva de las mismas.
Entendiendo que el paradigma educativo y la convivencia escolar traspasan los muros del colegio, en las últimas sesiones, se planteó la posibilidad de que las familias también pudieran formar parte de esta experiencia de aprendizaje. Así las sesiones de Banco de Herramientas contarían con unos alumnos de excepción, los padres de los alumnos, que con gran entusiasmo y en la medida de sus posibilidades acompañaron a sus hijos en esta aventura.
Echando la vista atrás, sólo puedo sentirme muy satisfecha con el resultado; un programa completo, coordinado y adaptado a las necesidades del colegio y de los alumnos, abordado desde la ilusión y la firme creencia en la necesidad de aprender desde la emoción.
L’atelier des enfants, de la mano del programa de Educación Responsable; se convierte en el centro neurálgico de esta innovación educativa, en la que el alumno es el verdadero protagonista, y en la que se apuesta por desarrollar las capacidades y las competencias de cada uno desde el corazón.
Ana Martín Santos
Responsable de L’atelier des enfants
Coordinadora del programa Educación Responsable
Colegio San Luis de los franceses