Esta primera etapa (“antes”) estimula la curiosidad, la observación consciente y la toma de decisiones en una actividad que involucra directamente a la familia y motiva al alumnado para desarrollar el resto del recurso, serán ellos el vehículo de conocimiento y de aprendizaje activo. Además, esta actividad sirve también de introducción y soporte para las siguientes etapas del
recurso.
Tras realizarla, se propone una puesta en común en el aula donde el alumnado explicará cómo ha sido su experiencia con esta primera actividad. Para ello, nos ayudamos de preguntas que propicien la reflexión y el trabajo de la identificación y expresión emocional.
Esta actividad está estrechamente relacionada con los temas e ideas que trabaja la exposición o el artista escogidos y lo ideal es que, como resultado de este trabajo, además de realizar distintas dinámicas, los alumnos generen alguna pieza.
Pensarán en un diseño/dibujo y generarán unas instrucciones muy sencillas, deberán elegir el tipo de lapicero/rotulador y color con el que desean que se haga ese dibujo, así como las dimensiones. En esas instrucciones pueden dar detalles sobre las líneas, puntos o elementos que forman parte de este diseño. Después, un miembro de su familia seguirá esas instrucciones y ejecutará el dibujo.
Todos los participantes buscarán, junto a sus familias, un lugar especial, consensuado por ambas partes que tenga una importante y especial carga emocional para ellos. Pueden ser espacios que comporten todo tipo de emociones, pero que, de alguna manera, hayan cambiado sus vidas, su percepción después de haber estado en ellos, bien por el estado emocional de ese momento o simplemente por haberle prestado otra mirada.
El alumnado tendrá que buscar, junto con su familia, un estampado, papel pintado o textura de papel que sea significativo para ellos y se encuentre en sus casas o casas de algún familiar. Después, tendrán que fotografiarlo para poder compartirlo con sus compañeros, captando la belleza de ese papel.